Mi obra nace desde el vínculo con el entorno y sus influencias. Soy permeable a la naturaleza y sus manifestaciones, a las relaciones humanas con sus alegrías y tristezas.

Vivir es vibrar y vibro con la vida.

Mi lenguaje es abstracto con respaldo poético, a veces críptico, a veces evidente. Respeto y admiro a los creadores coloristas, estudio sus paletas y vuelvo reiteradamente a visitar en los museos la misma obra en un aprendizaje continuo.

Trabajo en mi casa taller de la laguna en una zona de humedales casi siempre en el silencio que me permite resonar con el mundo verde y siempre cambiante de mi jardín.