Una geometría que llega a los sentidos
Por Laura Feinsilber, Ámbito, Buenos Aires
Su nueva serie de trabajos tienen que ver con la incertidumbre que sembró en la humanidad la pandemia, y sus efectos en el futuro.
La serie que Antonia Guzmán exhibe actualmente en Otto Galería tiene que ver con la incertidumbre, mot d’ordre en este período pandémico y pospandémico que afecta al mundo global. Los títulos de las obras, entre ellos, “Fortaleza amenazada”, Gran fortaleza blanca”, “Gran fortaleza de cercanos y separados” se oponen a otros como “Vínculos estrechos”, “Nexo entre dos”, “Mínimo acercamiento” y “Acercamiento social” .
De raíz constructiva, su obra se distinguió a través del tiempo por estar alejada de la severidad dogmática de los maestros de esa corriente. Guzmán trabajó con transparencias cromáticas que, más adelante, se dispararían en flechas, banderines, veletas, barras, con lo que su imagen adquirió gran dinamismo.
También se destacó por un cromatismo muy libre de verdes, amarillos, azules y ocres que se fusionan con las formas –muro de sus actuales trabajos.
Obra autorreferencial, ya que por su sensibilidad extrema pasan los aconteceres a veces, trágicos, otros de gran alegría que la vida le otorga y que expresa con gran apasionamiento. Estas fortalezas, murallas, muros, remiten a las circunstancias de esta pandemia que ha condicionado y cambiado nuestras vidas. De allí estas formas que parecen separarnos del mundo, de los seres queridos, de las pérdidas, de los encuentros y reencuentros que Guzmán pone en juego, sin anécdota alguna, su emocionalidad capaz de conmover al espectador. Es sabido que el arte geométrico no se mantiene igual en el tiempo y la subjetividad ha influido en la forma en que se lo percibe. Obra armónica en la que se conjugan planos basados en rectas y también curvas donde el color es esencial, su uso, espiritual.
En un reportaje reciente al escritor neoyorkino de origen libanés, Hisham Matar (1970), leímos que “la fuerza del arte ayuda a sobreponerse al dolor y la desdicha, es capaz de brindar consuelo a quienes lo contemplan” y agregamos, fundamentalmente a quienes lo hacen.
Antonia Guzmán expone desde 1989 en galerías de arte, centros culturales y museos de Argentina, Estados Unidos, Canadá, Europa, México, Brasil. Ha participado en ferias nacionales e internacionales, ArteBA (Buenos Aires), Pinta New York y Londres, Arteamericas Miami. Obtuvo el Grand Prix du Salon International de l’Aquarelle, (Uckange, Francia) y el Grand Prix Salón International de la Peinture a l’Eau, (Tregasstel, Francia).
En 2018 publicó su primer libro “Prosas y acuarelas desordenadas”, comentado entonces en esta columna. (Otto Galería. Paraná 1158. Clausura el 21 de julio.)
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